miércoles, 29 de septiembre de 2010

Mundo Helenístico (323-31 a.C.) y Romano (31a.C.-476 d.C)




Mundo Helenistico

La monarquía helenística se apoyó en una aristocracia creada por el propio rey y desarrolló un carácter

especialmente cosmopolita, muy lejos de la anterior nobleza

solariega. En adelante el rey

no sería elegi

d

o libremente por sus ciudad

anos. Los reyes helenísti

cos y sus nobles fueron elegidos por el propio rey pero para llevar a cabo con éxito y ante el pueblo tal sistema, insistieron en la idea de la divinidad, es decir, el rey tenía derecho a gobernar y a elegir la nobleza porque su poder lo había obtenido a través de su linaje divino y porque él

mismo era en cierto modo un dios.






La filosofía helenística

Las corrientes do

minantes derivan claramente de las existencias en la ciudad clásica y representan los impactos

que en ella se producen como consecuencia de la crisis y de la ampliación de la ecúmene. En todas domina la necesidad de representarse en el mundo de modo estático, y vienen a ser modos reductivos de enfocar

problemas viejos, al prescindir de la capacidad

dinámica que dominaba el pensamiento del a //polis//.

La Academia posterior a Platón tiende a reducir a una fórmula la teoría de las ideas, mientras que en el Liceo triunfa exclusivamente el ánimo clasificatorio que definiría posteriormente a la Escuela, fuente de

dogmatismos intelectuales.

El estoicismo, corriente vinculada a la nueva conce

pción ecuménica del mundo, se revelaría como poseedor de una gran ductilidad, p

or su capacidad de integrar posiciones variadas en torno a diversos problemas teóricos y prácticos. Se trata más que nada de una postura ante el mundo representado en su nuevo aspecto, universal y unificado por las conquistas y las nuevas estructuras políticas y administrativas.


Las dificultades para comprender el proceso de cambio que ahora se produce se manifiestan de varias maneras:

- Escepticismo: declara la incapacidad para el conocimiento.

- Epicureismo: escuela que opta por profundizar en el conocimiento científico como modo

de resistir a los inconvenientes que lleva consigo el contacto intelectual con la realidad inmediata.

- Cínicos: optan por el alejamiento de la vida pública, para elaborar teorías intelectuales que posteriormente desempeñarán una función pública, como contrapunto al poder despótico de los rey

es. Los cínicos que se oponen al rey se convierten en los teóricos de una forma de realeza proyectada

el mundo helenístico-romano.





La religión hel

enística

El mundo religioso ofrece una mayor complejidad, pues en él se manifiestan las relaciones entre clases y entre pueblos. El panteón olímpico sólo se modifica para acentuar sus aspectos más alejados de las preocupaciones intelectuales y para concentrarse en las fiestas oficiales de las ciudades.

Sin embargo, algunos de los dioses clásicos se integran en su mundo de religiones mistéricas, herederas de las clásicas, pero tendentes a asimilarse a la religiosidad oriental. Las religiones orientales se difunden en

el mundo helenístico, pero ahora pasan a desempeñar una nueva función, griega, para

encauzar ideológicamente las aspiraciones de las nuevas poblaciones libres.

Los estados pretenden organizar sus sistemas propios, atribuyendo a los jefes políticos poderes sobrenaturales que les permiten organizar la sociedad. En esta dinámica entre las formas estatales de controlar al pueblo y las tendencias de éste a crear sus formas específicas de expresión se constituye el mundo helenístico-romano, campo de tensiones y foco de difusión de las concepciones ideológicas dominantes.

El mundo Romano


Roma comenzó su historia como una aldea más entre las otras muchas de pastores y campesinos que se repartían las colinas y minúsculos valles de la zona.

Los primeros habitantes fueron posiblemente un conglomerado de gentes de distinta procedencia que

vivían al margen del desarrollo económico y cultural de sus prósperos vecinos, es decir, los etruscos al Norte y los sabinos y los latinos al Sur.

Los arqueólogos descubrieron los restos de un primitivo poblado correspondiente al siglo VIII a. C. en el Palatino, con sus enterramientos a los pies. A partir del núcleo original, la población debió de irse extendiendo por las laderas de las colinas próximas y, un siglo después, por el valle que había entre ellas.

Cuando los núcleos latinos que habitaban las colinas del Quirinal, Esquilino y Celio se fusionaron con los del Palatino, fortificaron el recinto habitado, y así se inició la primera fase de la Roma antigua hacia el siglo VIII a.C (Roma Quadrata). Durante una segundafase el perímetro de la ciudad se extendió por el monte Capitolino y por un pequeño valle que lo separaba del Palatino. Del siglo VI a.C son las principales construcciones: Palacio Real, Foro, Cloaca Máxima y Tullianum.

Hacia 501 a.C se fundó el templo de Jupiter Capitolino, y de la misma época son los templos de Saturno, de Castor y otros. Siguió un período de gran actividad constructiva: templos, basílicas, acueductos y caminos consulares (Vía Apia, Vía Latina, Vía Flaminia, etc). La verdadera reorganización se llevó en la época de Augusto, bajo cuyo reinado se reconstruyeron templos y monumentos y se levantaron otros nuevos. El incendio de la ciudad, atribuido a Nerón, hizo desaparecer gran cantidad de edificios,reconstruidos poco después por el mismo emperador.




La vida en Roma

Roma se distinguió de las demás ciudades latinas por su religión al favorecer ésta la instauración del Estado. Las acciones del Estado estarían vinculadas a los actos de Júpiter, el dios principal del Panteón romano. Podemos manifestar que se reivindica la necesidad de implantar en el mundo la voluntad de esa divinidad, que defiende la justicia, el derecho, etc. De esta manera, Júpiter se convierte en el juez de los conflictos ciudadanos entre los latinos, garantizando los pactos que las ciudades realizaran.

Todas las ciudades latinas honrarán al dios en el templo de Monte Albano hasta el momento en que Roma convierta a Júpiter en su principal divinidad y traslade el culto al Capitolio, convirtiéndolo en Optimo y Máximo. Los romanos consideraban que todo podía ocurrir con tal que los dioses lo desearan. Ven el cosmos como algo dinámico, pero en equilibrio, expresado a través del pacto entre los seres humanos y los dioses ya que para ellos cada objeto o fenómeno tenía su propia alma. En virtud de ese pacto cualquier cosa puede ser elegida para establecer la presencia divina, requiriendo el beneplácito previo de Júpiter.

Para ello, existen adivinos que tienen el objetivo de descubrir la voluntad de los dioses: son los sacerdotes -leen en los oráculos de origen griego-, los arúspices -leen en las vísceras de las víctimas sacrificadas- y los augures -interpretan la voluntad de Júpiter directamente-. En Roma la religión estaba muy vinculada al Derecho al ser necesario distinguir entre lo ilícito de lo lícito. Esta función religioso-judicial la realizaban los pontífices quienes formaban un colegio sacerdotal que estaba dirigido por el pontífice máximo.

Ese cargo de pontífice máximo podía ser ocupado por cualquier miembro de la clase política romana, siendo habitual que estuviera en manos del emperador. En el colegio pontificial también se integraban los flamines -sacerdotes dedicados al culto particular de un dios-, las vestales - sacerdotisas de Vesta- y el rex sacrorum -quien desempeñaba las funciones sacras anteriormente reservadas a los reyes-.

Dentro del panteón romano encontramos cuatro agrupaciones que tenían la función de representar al Estado: la triada Júpiter-Marte-Quirino, la triada capitolina constituida por Júpiter, Juno y Minerva; y los doce dioses principales: Vesta -diosa del fuego del hogar-, Juno -diosa del matrimonio y del hogar, hermana y esposa de Júpiter-, Minerva -diosa dela inteligencia, de la sabiduría y de las artes-, Ceres -diosa de la agricultura-, Diana -diosa de las doncellas, de los bosques y de la caza-, Venus -diosa de la belleza y del amor, esposa de Vulcano y amante de Marte-, Marte -dios de la guerra-, Mercurio -dios del comercio, de la elocuencia y de los ladrones, mensajero de los dioses-, Júpiter -dios supremo-, Neptuno -dios del mar-, Vulcano -dios de los infiernos, del fuego, del metal y de la fragua- y Apolo -dios de los oráculos, de la juventud, de la belleza, de la poesía, de la música y de las artes-.

La triada Ceres-Libero-Libera representaba a los plebeyos. Con el fin de festejar a todos los dioses en los templos y los lugares sacros, los romanos establecieron un calendario, originalmente ligado a la agricultura. El mes se dividía en dos fases, siguiendo el esquema del calendario lunar.

El romano en su casa era dueño absoluto de su familia y de sus esclavos. La autoridad paternal era muy grande, y durante mucho tiempo tuvo el padre derecho de vida y muerte sobre los suyos.

En la ciudad era ante todo un ciudadano. No se dedicaba, como el griego, al comercio, sino a los negocios públicos. Si era acaudalado, recibía por la mañana a sus clientes, escuchaba sus peticiones y les distribuía consejos o socorros. Después iba al Foro, donde tomaba asiento en el senado o en el tribunal. Si era pobre, se inscribía como cliente de un rico, lo escoltaba en público y lo sostenía con su voto en las elecciones.

Las distracciones eran raras. Por la tarde jugaba a la pelota o iba a los baños que eran, como el café moderno, la cita de los ociosos. Sólo algunas procesiones religiosas y algunos juegos del circo alteraban a veces la monotonía del año. Esa vida convenía a un pueblo de

propietarios rurales; pero las costumbres fueron modificándose muy de prisa en Roma como se verá más adelante, hasta que en la época del Imperio se convirtió en verdadera ciudad de placeres.

El papel de la mujer era más importante en Roma que en Grecia. Gobernaba también la casa, pero tenía más autoridad que la mujer griega, porque estaba más asociada a la vida de su marido. Se la felicitaba porque cuidaba del gobierno de la casa e hilaba la lana, pero en realidad hacía más que eso. Compartía los honores que se tributaban a su esposo, aparecía con él en público, en las ceremonias y los juegos, y estaba rodeada de consideraciones; era en fin la señora, la matrona. En la casa, no estaba confinada en sus habitaciones, sino que tomaba parte en las comidas y recepciones. Su influencia, aunque no reconocida por la ley, de hecho era muy grande. Catán tuvo la prueba cuando quiso acabar, por medio de unaley, con el lujo de las mujeres. Los ciudadanos no se atrevieron a votar el proyecto a vista que sus esposas estaban en la Asamblea.

El fundamento del estado romano era la familia, y el de la familia, el matrimonio. Cuando los patricios eran los únicos ciudadanos, sólo existía un matrimonio el matrimonio religioso, la confarreación, que consistía en ofrecer un sacrificio esparciendo farro sobre la víctima y en comer después los esposos una torta de farro Esta ceremonia la presidía el flamen de Júpiter. En seguida, la esposa vestida de blanco y cubierta la cara con un velo rojo, era conducida a son de flautas y cánticos a casa del esposo, que la hacia transponer el umbral levantándola en vilo, para simular un rapto. De esa manera la separaba de los dioses de su propia familia y la unía a los de su nueva casa.



Dato extra

¿Quien fue Helena?

Probablemente nació en Drépano (actual Trapani, renombrada Helenópolis por su hijo Constantino I), en el golfo de Nicomedia. Aunque supuestamente era hija de un sirviente, ello no impidió que fuese la primera esposa del tetrarca Constancio Cloro.

Constancio Cloro la tomó como concubina, luego como esposa y más tarde se divorció de ella en 292 para casarse con la hijastra de Maximiano, Flavia Maximiana Teodora. El hijo de Helena, Constantino, se convirtió en emperador del Imperio romano y, después de su coronación, ella tuvo una destacada presencia en la corte imperial. Ya reinando Constantino se convirtió al cristianismo, influyendo sobre su hijo a favor del cristianismo.

Es considerada por los ortodoxos y católicos como santa, famosa por su piedad. Eusebio tomó detalles de su peregrinaje a Tierra Santa y otras provincias del Medio Oriente. Es tradicionalmente conocida (pero no por Eusebio) por buscar las reliquias de la cruz de Cristo(Verdadera Cruz), y buscar los restos de los Reyes Magos, que actualmente se conservan en la Catedral de Colonia. En su búsqueda de la cruz donde Jesuscristo murió, demolió el templo erigido a Venus en el monte Calvario e hizo cavar, hasta que le dieron noticias, en los primeros días de mayo, de haber encontrado la Cruz. Elena mandó construir un templo allí y otro en el monte de los Olivos.

Su día festivo se celebra en la Iglesia Cristiana Ortodoxa con el de su hijo Constantino, el 21 de mayo. La Iglesia Cátolica Romana la conmemora el 18 de agosto. En el santoral católico, esta santa es considerada patrona de la arqueología, de la conversión y de los matrimonios difíciles.

Su iconografía habitual la muestra como emperatriz romana, vestida con ricos ropajes, y portando casi siempre la Vera Cruz, y a veces con su hijo Constantino. Es muy habitual la representación del momento del hallazgo de las reliquias (Invención de la Cruz) en el monte Calvario y los prodigios y milagros subsiguientes. Artistas como Piero della Francesca o Pedro Berruguete ilustraron estos episodios legendarios.

En Inglaterra, en una leyenda posterior, mencionada por Geoffrey de Monmouth, se dice que fue hija del rey bretón Coel, que se alió con Constancio para evitar la guerra entre los bretones y Roma.


2do. Dato Extra:

Un mito sobre la fundación del Imperio Romano.

La fecha tradicional de la fundación de Roma se establece el 21 de Abril del año 753 A.C. ya que es la fecha que más se repite en los relatos que se tienen, todos ellos envueltos en un velo de mitología.

Eneas héroe Troyano, después de la derrota en la Batalla de Troya huye en barco y arribó a las costas de Italia, con la misión encomendada por el dios Júpiter de fundar una nueva ciudad. Remontó Italia por el norte hasta que llego a Lacio donde se caso con Lavinia hija del rey latino de la zona y fundó la ciudad de nombre Laviniun.

A su muerte, su hijo, Ascanio, fundó la ciudad Alba Longa al centro de Italia, en los montes albanos, convirtiéndola en nueva capital. Tras varias generaciones de sucesores de Eneas se originó una disputa por el trono entre los hermanos Numitor y Amulio, pero Amulio echó al hermano para reinar solo, y le mató a todos los hijos menos a uno, la hija Rea Silva a la que obligó hacerse sacerdotisa de Vesta (función que requería conservar la virginidad) para que no tuviera descendencia, la cual podría vengarse por lo que Amulio hizo con su abuelo. Pero no le valió de nada, ya que un día Rea Silva y el dios Marte tuvieron dos hijos “ROMULO Y REMO”. Amulio no los mató, mandó a que los metieran en un canasto y los arrojaran al río Tíber para que se ahogasen, pero una vez más los planes de Amulio no salieron como él esperaba, ya que el canasto donde iban Rómulo y Remo encalló en la orilla donde empezaron a llorar, y una loba llamada Luperca los recogió y amantó (una versión es que “La loba” era la esposa de un pastor la cual le era infiel).

Los dos gemelos crecieron y supieron su verdadera historia, mataron a Amulio y Numitor ocupó el trono de Alba Longa. Luego los gemelos se propusieron fundar una nueva ciudad en septimonium, lugar donde les recogió la loba, ubicado en un lugar cercano a siete colinas (Quirinal, Viminal, Esquilino, Aventino, Celio, Capitolio y Palatino). Se originó un problema, ¿Quién reinaría en la nueva ciudad?, ¿Rómulo ó Remo?. Se lo jugarían a ver quién de los dos veía más pájaros. Rómulo sobre el palatino vio 12, Remo vio menos, por lo que reinaría Rómulo. Este marcó los límites de la ciudad, escogiendo el Palatino, donde se levantarían las murallas. Remo traspasó los límites que marco Rómulo y este lo mató ya que los muros y puertas de las ciudades eran sagradas.

Este mito tiene variantes como lo que paso con los gemelos y en cómo se eligió a el rey.

http://www.youtube.com/watch?v=Ncv4QvkjLAM

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